Prueba 2
Reflexiones de CER Cuando el Silencio Cuida y el Callar Duele El silencio, en cambio, puede ser un abrazo. Un “todavía no” que protege. Un
Callar ahoga. El silencio sostiene.
No son lo mismo.
Callar es tragarse lo que pide salir, quedarse con el nudo en la garganta, con el “mejor no digo nada” que apaga por dentro. Callamos por miedo: miedo a molestar, a perder, a ser rechazados.
El silencio es distinto. Es un “todavía no” que protege. Un “voy a escucharme mejor” que ordena. El silencio no se entrega porque sí: se elige. Y cuando lo elegimos, deja de ser coraza y se vuelve cuenco. Desde ese cuenco, las palabras ya no hieren ni defienden: construyen puentes.
El cuerpo lo sabe primero
El hombro que se tensa cuando el otro frunce el ceño.
La voz que se apaga al tercer intento.
La sonrisa forzada para no incomodar.
El cuerpo habla antes que las palabras y nos muestra si estamos de nuestro lado o si nos estamos dejando atrás.
Darse cuenta es el primer paso: reconocer que hay elección. Puedes callar “para que todo siga igual” … o elegir un silencio que te cuide hoy y te dé fuerza para hablar mejor mañana.
No buscamos perfección
Nadie nos debe perfección. Lo que nos debemos es presencia.
Un paso sencillo, sin traicionar la verdad: pedir un momento, expresar la necesidad sin acusar, sostener un límite sin convertirlo en muro.
Elegir con consciencia no siempre da finales perfectos. A veces solo nos deja algo más humilde y verdadero: la certeza de haber estado. Quizá el otro no cambie, quizá sí.
Pero tú permaneces contigo. Y desde ahí, poco a poco, se mueve lo que necesitaba moverse.
Una imagen para guardar
Tu palabra es semilla; tu silencio, tierra.
Si siembras en piedra, no crece. Si nunca plantas, no florece.
Elegir cuándo y cómo decir es elegir el suelo. Y eso no es técnica: es amor propio.
Hoy, solo un paso
¿Qué cuida mi verdad y también la relación?
Si la respuesta es “darme tiempo”, honra ese silencio.
Si es “decirlo con calma”, busca el momento y sostén tu paso.
Un paso pequeño. El tuyo.
Lo verdad comienza ahí.
Terapia Gestal e Inteligencia Espiritual
Reflexiones de CER Cuando el Silencio Cuida y el Callar Duele El silencio, en cambio, puede ser un abrazo. Un “todavía no” que protege. Un
Reflexiones de Carmen Elvira Cuando el Silencio Cuida y el Callar Duele Callar ahoga. El silencio sostiene.No son lo mismo.Callar es tragarse lo que pide